Ligada desde sus inicios a la escenografía, mi obra plástica se desarrolla en función de una búsqueda espacial y una necesidad por la activación del espectador, vale decir, que éste forme parte de la misma o bien que pueda modificarla e interactuar con ella.
Los módulos triangulares, surgen a partir de la fragmentación o reducción al mínimo plano bidimensional posible de la figura del hexágono y éste a su vez como un derivado del traspaso del módulo pixel del arte electrónico al espacio físico en tridimensión, un cubo cuyos límites perimetrales en vista axonométrica delimitan un hexágono.
El triángulo es a un tiempo la mínima expresión bidimensional posible; la forma estructural más estable existente en todas las formaciones moleculares naturales, (en base a la cual se desarrollan todas las estructuras arquitectónicas que persigan una alta resistencia, elasticidad, estabilidad y perdurabilidad); y los tres ejes básicos de ubicación en el espacio (x, y, z).
Del título de la serie:
RED: por lo que la define como objeto mismo, y al mismo tiempo por su significado actual en la era digital, intensificado a su vez por los datos alfanuméricos que se incorporan a la obra a traves del impreso de la fabricación de la manguera (Marca, modelo, medidas, fecha y hora de realización) que varían según el momento de realización de cada metraje de la misma; fragmentados así mismo por la propia fabricación de la obra, que puede asociarse a la metodología aleatoria y fragmentaria que poseen los entornos digitales para ordenar la información.
De las obras en sí:
Surgidas de la forma triangular como derivado de la fragmentación del plano hexagonal a la forma estructuralmente más estable y mínima de expresión bidimensional; se asocian al concepto de obra abierta (U. Eco), al de la obra viviente (J. Beuys) y a los parámetros rizomáticos de expansión molecular de ciertos organismos vegetales.
La preocupación por la participación activa del espectador surge de un interés personal por las artes escénicas experimentales y performáticas, por una necesidad de juego constante basada en un punto por inquietudes ante los planteos teóricos de A.Artaud, P. Brook, E. Barba, A. Boal entre otros teóricos del teatro de los siglos XX y XXI.
La naturaleza elástica de mis obras deviene de mi propia experiencia como montajista de obra plástica ligada a planteos inherentes a la escenografía, vale decir, que sean: livianas, desarmables o plegables, resistentes, rápidas de realizar, etc. Y, a su vez de una necesidad interna por desarrollar obras que soporten golpes y mal tratos, que sean flexibles (propicias de amoldarse a superficies y exigencias de montaje variado), espaciales sin ser netamente esculturales, elásticas para facilitar su traslado e invitar al juego con ellas y, por último vinculadas a mi obra lumínica: la proyección de sombras y juegos de planos etéreos propios de lo que en teatro se conoce como escenografía lumínica y espacio vacío.
Mayo / May 2007
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